Hay cosas que soñamos y con el tiempo se cumplen. Hay otras que soñamos y que por ahora se presentan como imposibles. Y hay otras cosas que ni siquiera soñamos.
En esas estábamos cuando nos llegó una donación gigante de la gente de Adidas. Estuvimos una semana organizando y separando por talles y todos, cada uno de los chicos y chicas que van al DeporVida, sus familias, la gente que siempre estuvo a nuestro lado dándonos una mano desinteresada, se fueron con su nuevo par de zapatillas.
Son cosas que no soñamos, porque las zapatillas que nos llegaron son esas que uno ve en el centro de las vidrieras girando y diciéndote al oído "nunca seremos tuyas". Esas: las más lindas del baile. Esas que les desorbitaron los ojos a cada uno de los chicos que fue entrando, porque aunque a veces logramos sorprenderlos, esto superó todas sus expectativas.
Ellos se merecen todo, pero sin dudas, sin la ayuda de Adidas, esto no se los hubiésemos podido dar.
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